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Control de apetito en diabetes

Desde hace muchos años se viene encontrando correlación entre sobrepeso y diabetes. Una década atrás la diabetes tipo II se presentaba a partir de los 60 años, hoy las estadísticas reflejan que uno de cada 10 habitantes de Ecuador que tiene más de 50 años presenta diabetes. Probablemente habrás notado que cuantas más libras de sobrepeso tiene una persona se vuelve cada vez más difícil el control del apetito.  Llegando al punto más álgido cuando ya se tiene el diagnóstico de diabetes.

Esto no es una casualidad. El sobrepeso es la consecuencia de haber generado muchas sustancias inflamatorias. El organismo tratando de aislar estos compuestos formados a consecuencia de una mala alimentación atrae estas moléculas inflamatorias hacia las células de grasa las cuales la atrapan e inmediatamente  empiezan a aumentar su tamaño buscando inmovilizar  estos componentes  creando una verdadera cárcel para impedir que estas moléculas queden  libres y puedan afectar otros tejidos. Si no fuéramos capaces de aislar con grasa los componentes inflamatorios estos serían los responsables de activar procesos como   gastritis, colitis, depresión, insonmio….

Suele ocurrir a veces que coexiste el sobrepeso y alguno de los estados inflamatorios porque el cuerpo no fue lo suficientemente eficiente para aislar todo lo formado.

La diabetes implica la inflamación del páncreas en la zona donde se produce la insulina.

Habiendo explicado este concepto se hace más fácil comprender la relación entre sobrepeso y diabetes. Cuando inflamamos el páncreas este ya no es tan eficiente para producir insulina y es precisamente esta hormona la que debe movilizar la glucosa de la sangre hacia todas las células para producir energía razón por la cual en la diabetes se elevan los valores de glucosa.

Simultáneamente que inflamamos el páncreas hicimos lo equivalente con los receptores de la parte del cerebro que controla el apetito. Mencionaré algunos de ellos:

Receptores de dopamina, que permiten el ingreso de dopamina al centro del control del apetito y llevan el mensaje de placer que todos sentimos al comer.

Receptores de insulina, que permiten que el centro del apetito reciba la orden de saciedad producto del mensaje que indica que la energía ya fue repartida a todas las células.

Receptores de leptina, esta hormona se emite desde la grasa del individuo y lleva el mensaje al centro del control del apetito de no comer más porque las reservas de energía ya están completas.

 

Lamentablemente en personas con diabetes estos receptores ya han sido inflamados, por tanto necesitan comer más para sentir los mismos mensajes de saciedad que en individuos sanos ya se habrían recibido.

La buena noticia es que con una alimentación antiinflamatoria podemos lograr que los receptores del control del apetito recuperen su funcionalidad.

Si esa dieta también utiliza carbohidratos de lenta absorción el control del apetito se vuelve aún más eficiente. De ahí la recomendación de diseñar dietas con baja carga glicémica. Que no es lo mismo que dietas bajas en carbohidratos. Estas últimas no solo que generan más apetito sino que son inflamatorias.

Fuente: Martha Ríos

 

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